martes, 13 de enero de 2009
El dialogo de la mujer violada
Policía: ¿no se sintió halagada de que tantos hombres- creo que cuatro- la desearan tanto, al mismo tiempo, con una pasión tan frenética?
Juez: ¿permaneció usted siempre pasiva o, hasta cierto punto, participo?
Policía: ¿se sintió excitada? ¿Involucrada?
Abogada de la parte contraria: ¿se sintió húmeda?
Juez: ¿no ha pensado que sus gemidos, ciertamente debidos al dolor, podrían haber sido interpretados como expresiones de gozo?
Policía: ¿ha gozado usted?
Medico: ¿ha llegado al orgasmo?
Abogado: en caso afirmativo ¿cuantas veces?
Hay una radio encendida. Pero la escucho sólo después de cierto tiempo. Sólo después de cierto tiempo me doy cuenta que alguien canta.
Sí, es una radio. Música ligera: amor-cielo-estrellas-corazón-dolor-amor…
Tengo una rodilla, sólo una, apoyada contra la espalda, como si el que está a mi derecha estuviese apoyando en tierra la otra.
Con sus manos sostiene las mìas, con fuerza, tprciendomelas hacia fuera, en especial la izquierda.
No sè por què me encuentro pensando que quizàs sea zurdo. Yo … yo no entiendo nada de lo que me està pasando. Siento encima el miedo de quièn està por perder el cerebro, la voz, la palabra Dios, ¡què confusiòn!
¿Còmo salì de esa camioneta? ¿vine por mi misma, moviendo un pie atràs del otro o me trajeron cargada?
No sè… no sè.
Y el corazón, que me late tan fuerte entre las costillas hasta impedirme razonar, y el dolor en la mano izquierda, que se està tornando insoportable.
¿Por què me la tuercen asì? No intento hacer ningùn movimiento. Yo… yo estoy…estoy como congelada.
Ahora, el que me sujetaba por la derecha ya no tiene màs su rodilla contra mi espalda. Se ha sentado cómodamente y me sostiene entre sus piernas separadas… tal como he visto hacer, hace años, con los niños ha quienes les arracaban las amigdalas. Es la ùnica imagen que me viene a la mente.
Pero… pero, ¿Por què la radio? ¿ Y por què la bajan ahora?
Debe ser porque no grito.
No hay mucha luz…ni demasiado espacio. Tal vez por eso me tienen recostada.
A parte del que me sujetaba por la derecha, hay otros tres. Los siento calmos. Seguros. ¿Què hacen? Encienden un cigarrillo. ¿Fuman? ¿Y ahora? … ¿ Por què me sujetan asì y fuman? … tengo miedo: algo va a ocurrir, lo siento…respiro a fondo, dos, tres veces…
Pero no me arriesgo a salir de mi embotamiento, tengo tanto miedo…
Uno se mueve y se pone de pie ante mí. Otro se acuesta a mi derecha, el otro a mi izquierda. Están muy próximos. Tengo miedo. Algo va a ocurrir, lo siento. Aspiran profundamente el cigarrillo. Veo la braza del cigarrillo junto a mi cara. El que me sujeta a la derecha no ha aumentado la presión, sólo ha tensado los músculos, lo siento en torno a mi cuerpo, dispuesto a retenerme.
El primero que se movió se arrodilla ahora entre mis piernas, separándomelas. Hace un movimiento preciso, que parece sincronizado con el del otro que me sujetaba por la derecha: sus pies se ponen sobre los míos, para trabarme.
Llevo pantalones.¿por qué me abren las piernas con los pantalones puestos? Me siento a disgusto… a disgusto…, peor que si estuviese desnuda.
De esta sensación me distrae algo que no llego a entender inmediatamente un calor tenue, que va acentuándose cada vez más hasta tornarse insoportable, sobre el pecho izquierdo.
Una braza…
El cigarrillo…el cigarrillo. Por eso se pusieron a fumar. No sé qué es lo que debería hacer alguien en esta situación. No me animo a hacer nada.
Me siento como proyectada hacia fuera, asomada a una ventana, obligada a presenciar alguna cosa horrible. Un cigarrillo tras otro sobre el sweater, junto a mi piel… es insoportable.
El olor de la lana quemada debe ser perturbador: con una navaja me tajean el sweater de arriba hasta abajo… me tajean el corpiño… me tajean incluso la superficie de la piel. En la pericia médica me dirán veintiún centímetros.
El que esta arrodillado entre mis piernas, ahora, me agarra los pechos a manos llenas. Lo siento helado sobre la quemadura.
Ahora todos se ocupan de desvestirme: una sola pierna, un solo zapato. El que me sujetaba por la derecha se esta excitando; siento que se aprieta contra mi espalda.
Ahora me penetra.
Siento ganas de vomitar. Calma, debo mantener la calma. Me aferro a los rumores de la ciudad, a las palabras de las canciones, debo mantener la calma.
Muévete, puta, hazme gozar.
No conozco ninguna palabra. No comprendo ninguna lengua, soy de piedra.
Muévete, puta, hazme gozar.
Es el turno del segundo.
Un cigarrillo atrás del otro. Muévete, puta, hazme gozar.
La navaja que sirvió para rasgarme el sweater me pasa ahora por el rostro, una, màs veces. No siento si me corta o no me corta. Muévete, puta, hazme gozar.
Ahora es el turno del tercero. La sangre de las mejillas me corre hasta las orejas. Muévete, puta, hazme gozar.
Es terrible sentirse gozada en el vientre de las bestias. Estoy muriendo, me arriesgo a decir.
Lo creen, no lo creen. Hagamos que se someta, no, sí, vuela una bofetada atrás de la otra y después me ponen un cigarro aquí, en el vientre.
Eso…creo que me estoy desmayando finalmente.
Siento que me están vistiendo. Me viste el que me sujetaba por la derecha, como si yo fuese un niñito. No sabe cómo arreglárselas con el sweater tajeado; me pone las dos piernas en el pantalón. Y se lamenta, se lamenta porque es el único que no había hecho el amor, perdón, porque es el único que no se había bajado los pantalones. Me ponen el saco; me abrochan los ojales. La camioneta se cierra después de que me hacen subir y arranca. Me aprieto el saco sobre el pecho descubierto.
¿Dónde estoy? En el parque.
Me siento mal. Me siento desfallecer, no tanto por el dolor en todo el cuerpo como por la rabia, la humillación, por el asco, por los miles de insultos que me bullen en el cerebro…por todo eso me siento desmallar.
Me apoyo en un árbol, me duelen hasta los cabellos. Claro, me los tiraban para sujetarme la cabeza. Me paso una mano por la cara…esta sucia de sangre. Levanto la solapa del saco, esta mojada.
Camino, camino no sé por cuanto tiempo. No sé a donde ir, a casa no…a casa no. Luego sin darme cuenta, me encuentro de improviso frente a la Jefatura de Policía.
Me apoyo en el muro de la casa de enfrente, no sé cuánto tiempo permanezco allí, mirando a quienes entran. Las personas que van y vienen, los policías de uniforme.
Pienso en lo que debería afrontar si entrase ahora.
Pienso en las preguntas. Pienso en las sonrisas a medias.
Pienso y re pienso.
Después me decido.
Me voy, me voy a casa. Los denunciare mañana.
Franca Rame.
Nota: La mañana del 9 de marzo de 1973, exponentes de la extrema derecha raptan a Franca Rame y la violan. Se trata de un acontecimiento muy importante, que marcará indeleblemente la vida de Franca, también porque sólo después de veinticinco años fue depositada la sentencia del proceso, tiempo suficiente para que prescribiese el reato. La violación, como se descubrirá con el tiempo (como sospechaban desde el principio), es un ultraje a su ser mujer y de izquierdas. Lo que más llama la atención es lo que sale a la luz en la sentencia del encausamiento, depositada por el juez Guido Salvan, en la que se confirma que la violencia a Franca Rame, si no fue ordenada, fue "inspirada", "sugerida" por oficiales de los carabinieri de la división Pastrengo que mantienen fuertes y frecuentes contactos con los neofascistas. Lo sostiene, desde el principio, uno de los violadores, Pitarresi, y la versión de los hechos lo confirma. De este modo, la violación de Franca Rame es una violación de estado, llevado a cabo con el preciso intento de humillar de la manera más terrible a una mujer culpable de estar comprometida políticamente contra los fuertes poderes de la sociedad y a favor de los derechos de las mujeres.
Summer 77
mis ojos encallan en el neón
saboreo mis dosis de cinismo en los
mostradores húmedos de vacío.
Los maricones hostigan mi cuerpo con
miradas sórdidas. Cada mirada hiere
hondo y crea costras que se
endurecen: hasta que la noche acabe
esas miradas superpuestas me volverán
inmune. Avenida San Luis y sus ángeles
torvos, supermerkateng de pupilas
frenéticas, bajo los árboles el poder
acaricia y entumece vergas
lánguidas.
Hay por los cuerpos en fila una náusea
imprecisa, veo una sinfonía de
escupitajos y aprendo acordes
sombríos con los cuales debo ornar
mis piernas metidas en un
blue jean rasgado.
Mi camarada más al frente
negocia su boca de estatua griega
perfumada por cognac y acres vaharadas
con un pederasta untuoso que pilotea
una reluciente máquina.
Hemos venido del suburbio en una
progresión eufórica, bebemos varias
cañas y nuestros corazones
acosados por los medios prefieren la
autocorrosión, pero es así que la
ciudad nos gusta.
Yo veo empleados públicos
ligeramente maquillados.
Yo veo policías que me tullen los
pasos con amenazas de servicias.
Veo a las mariquitas dando giros
en un frenesí aceitado por
anfetaminas y una desesperación
disimulada.
Los maricones no las buscan, por
eso ellas exorcizan la noche
gritos y ven en los otros muchachos
un flash de inexistentes
limusinas.
Atolondrado por el sueño, embarco
ríspido en un auto.
Poco después, de madrugada, eyacularé
gargajos, volveré en el ómnibus con
mi amigo, penetraremos en
silencio el suburbio sabiendo que
algo en nosotros fue destrozado.
(Texto de F. O corpo, San Pablo, núm 6. 1984. Boletín gay de circulación restringida y aperiódica)
Crepusculo
Un árbol negro, un árbol blanco, un árbol verde
cuelgan sus blusas
en la inmovilidad.
ha cerrado sus párpados el viento.
Luces deshechas:
pétalos estrujados
en superposiciones.
Ponderan los ocasos gustos violetas.
Jacobo Fijman
Canción de cuna que no ha agradado a nadie
por el nacer
de varón, de mujer;
van a cantar,
van a nacer.
Empiezan a cantar
empiezan a nacer
el varón, la mujer;
las voces del cantar,
las voces del nacer,
de varón, de mujer,
empiezan a cantar,
empiezan a nacer.
Van a cantar
el varón, la mujer,
van a cantar
por el nacer;
las cosas del nacer
van a cantar
por el varón, por la mujer,
van cantar
por el nacer.
Van cantar:
la noche va a nacer
Empiezan a cantar
el varón, la mujer,
la noche va a nacer.
Van a cantar
por el nacer
la noche del varón y la mujer.
Empiezan a cantar,
empiezan a nacer.
Van a cantar
por el nacer
el varón, la mujer.
Empiezan a cantar
amanecer...
Jacobo Fijman
lunes, 12 de enero de 2009
Tengo la cabeza vendada
Mi cabeza para nacer cruza el fuego del mundo pero con una
serpentina de agua helada en la memoria. Y le pido socorro.
Tengo la cabeza vendada
Mariposa de Dios, pubis de María: atraviesa la sangre de mi
frente- hasta besarme el rostro en Jesucristo-
Tengo la cabeza vendada (textos profeticos)
Mi cuerpo -con aves como bisturíes en la frente- entra en mi alma
El sol, en mi cabeza, como toda la sangre de Cristo sobre una
pared de anestesia total.
Santa Reina de los misterios del rosario del hacha y de las
brazadas lejos del espigón: Ruega por mí que estoy en una
zona donde nunca había anclado con maniobras de
Cristo en mi cabeza.
Señor: Desde este instante mi cabeza quiere ser, por los siglos
de los siglos, la herida de Tu Mano bendiciéndome en
fuego.
El sol como l ablanca velocidad de Dios en mi cabeza, que la
aspira y desgarra hacia la nuca
Tengo la cabeza vendada (texto del hombre en la playa)
El sol entra con mi alma en mi cabeza (o mi cuerpo- con la
Resurrección- entra en mi alma)
Tengo la cabeza vendada (texto del hombre en la playa)
Por culpa del viento de fuego que penetra en su herida, en
este instante, Tu mano traza un ancla y no una cruz en mi
cabeza.
Quiero beber hacia mi nuca, eternamente, los dos brazos del
ancla del temblor de Tu Carne y de la prisa de los Cielos.
Héctor Viel Témperley
DIFICULTADES DE LA TRADUCCION
más allá de vegetaciones
y palabras
mi solo argumento es este árbol
bajo su sombra
estoy conmigo
el follaje
el fulgor
se han conmovido
y no pueden traducirse
así somos nosotros
árbol tierra
ida vuelta
contigo estoy
es mi argumento
no puede traducirse
Edgar Bayley
La selva liviana
I
El sonido de un tren que se ahoga en la catarata de las
hojas.
Al fondo de la selva liviana y los cocoteros se hunde el
nivel de llanto,
el peso entero de los sueños.
Peso entero del saco de perfume de la gracia,
estoy entre la espada del paisaje y el ladrillo caliente del
olvido,
viajando con un ardor de joya y sangre.
Escuchando el aullido de mi candor: mi nueva fiesta.
II
A paladas silbatos.
El tren se encierra en sí al borde de los esteros
nocturnos.
Su polvo ciudadano tiene miedo a la gran humedad de la
tierra,
al aire cálidamente eléctrico,
a los cisnes del negro vapor nocturno de la herida del
mundo.
III
La imaginación arde envuelta en las ruedas de un tren
desorientado.
Bananas y bananas caen al aire.
Una mujer desnuda a una escopeta en un templo,
roe lentamente en el anillo de su corazón.
Frutera de la desgracia. frutera del destino.
Francisco Madariaga
jueves, 8 de enero de 2009
Carlos Solari: "Los psicópatas serán los hombres del siglo XXI"
Entrevista realizada Por Enrique Syms Al Indio Solario. En Diciembre de 1986, para la revista Cerdos & Peces.
Te escuché decir que no crees en la aventura del hombre.
Parto del hecho de que el hombre común tiene una noticia muy parcial de la vida, es un prejuicio que se comparte con otros. Esta convención informativa depende de la altura que se ocupe dentro de la escala de rangos de este modelo imperial-maffioso. La lectura de la realidad que tenés, entonces, depende de las terminales de información a las que tenés acceso. La gente termina brindando obediencia a la información que el modelo sistémico le ofrece.
Aclarame el concepto de “imperial-maffioso” y “modelo Sistémico”.
Es un modelo que se ha ido alimentando de todas las interrelaciones. Fijate que el problema actual del estado de esclavitud del hombre depende exclusivamente de la ignorancia, el desconocimiento que se tiene sobre ese orden internacional maffioso. Lo llamo así porque los capitales que sustentan el sistema son los que quedaron de pie después de la segunda guerra mundial. El dinero de la maffia en EE.UU. remplaza internacionalmente a las famosas bancas europeas…
¿El mundo está gobernado por una maffia, una sociedad ilícita y delictiva?
No si uno lo ve como esa historia italiana de Don Corleone y toda esa patraña Holliwoodense. La maffia es el sistema, el dueño del imperio, las corporaciones que gobiernan, y que gobiernan el mundo a través de la tecnocracia…
¿Cuál es tu concepto de la ciencia desde ese punto de vista?
La religión oficial, hoy día, son la tecnología y la ciencia. Los científicos son empleados de fundaciones manejadas por la maffia y sus inventos serán utilizados por el poder para sus propios fines. La apuesta religiosa más grande que propone este orden sistémico es la apuesta a la aventura del hombre en el espacio. Este no es un plan nuestro, de la humanidad. Es un plan de las corporaciones, el hombre no va al espacio, va la maffia. Te tiran siempre espejitos, como a los indios, este espejito es el del hombre montado en una nave espacial, una vuelta por una sofisticada y cara Disneylandia…
¿Espejito, en el sentido de que cada hombre se proyecte en el cosmonauta?
No digo sólo eso. Creo que la propia tecnología va a rechazar al hombre del espacio. La tecnología se controla a sí misma; en computación, por ejemplo, se testea con computación. La tecnología ha creado un ámbito que rechaza al hombre. Por ejemplo, el kilo de flete en un taxi espacial sale 10.000 dólares, un fornido astronauta yanqui de cabeza cuadrada pesa 75 kilos y vale 750.000 dólares. Con ese mismo caudal de peso y de dinero se puede mandar un super comandante electrónico capaz de realizar ocho millones de tareas. La tecnología se ha hecho a imagen y semejanza de sí misma, no es el hombre la imagen sino otra máquina. Una máquina que resiste mejor que el hombre los cambios de presión, de temperatura, el vacío, las radiaciones. Vivimos la ficción a través del comix y del cine, el hombre será el cowboy del espacio y la nave su caballo. Yo cero que el hombre no va a ir, va a mandar eso a explorar el universo pero él no va a ir. Al menos de esa manera.
Sin aventuras que lo incluyan, con un futuro dominado por la tecnología, casi ya de más, ¿Cómo va a sobrevivir el hombre?
De prosperar en el tiempo este orden sistémico en el que vivimos, la personalidad más apta para la supervivencia es el Psicópata. Quizá los psicópatas sean la desgraciada vanguardia de un nuevo sistema nervioso, aquel que va a poder soportar las rígidas tensiones del orden sistémico…
¿Quiénes? ¿Cómo los psicópatas?
Para mí son héroes urbanos potenciales que no han tenido mucho éxito en su relación con los demás. No resulta aventurado pensar que el psicópata es un tipo de vanguardia, un nuevo modelo de personalidad que en siglo XXI podría ser la expresión central de la naturaleza humana. Hay que tener en cuenta la poderosa influencia que el estado psicopático ejerce sobre esta sociedad. No veo a los psicópatas como casos extremos, es más, creo que muchos de ellos ocupan importantes jerarquías sociales: son políticos, militares, músicos de rock, homosexuales prominentes, ejecutivos de televisión y ahí ves que aumenta el poder del psicópata según el lugar que ocupe en la jerarquía social. Los psicópatas que bajan línea desde su cargo social ejercen más poder que el psicópata cotidiano porque se transforman en la lectura oficial de la realidad.
Desde ese punto de vista la salud social sufre un cancerosa, esos psicópatas enferman al mundo…
El problema de la enfermedad es complejo. El viejo chamán, que tenía el poder de comerse tu dolor, de absorber tus pecados a través de la semejanza, de ponerse tan loco como vos para saber sobre qué cosas tenía que efectuar su cura. El chamán ha sido remplazado por el psiquiatra o por el psicoanalista y ellos se encuentran con su propia incapacidad para manejar a los psicópatas actuales que son pacientes muy complejos, mucho más complejos que el curador. Son más experimentados en la locura que el terapeuta, que sólo tiene informaciones. El paciente es un tipo mucho más aventurero, más avanzado que el terapeuta. Desde ahí, yo veo el psicoanálisis como una especie de sangría psíquica. El resultado es que el paciente es domesticado en sus vicios más interesantes. No se lo modifica sino que se lo desgasta y se lo transforma en un espécimen menos malo pero también menos todo. Menos agresivo, pero menos brillante. Menos destructivo, pero menos voluntarioso. Menos reactivo, y también menos creativo. La terapia apunta sólo a la mera reinserción social del espécimen. Lo readaptan a la condición que, casualmente, lo enfermó y el paciente se adecúa a aquello que aborrece.
¿Hay que convertirse en un psicópata?
La vida personal de uno se dirige en varias líneas hacia el porvenir, nadie está vivo en una linealidad, comprendiendo esto es posible integrar las informaciones que vas recibiendo y que, al mismo tiempo, sabés que te están molestando. No me gustaría convertirme en un psicópata (ríe), yo preferiría que este sistema no prosperase. Hay que ir leyendo entre líneas las informaciones que el orden nos propone y desconfiar. Porque la ciencia, por ejemplo, no es presentada como un punto de vista más, o como un prejuicio compartido o una convención arbitraria que se comparte. No, la ciencia se instaura como un modelo tiránico de la verdad. Pero no hay que admitirlo. La ciencia es sólo una óptica, un punto de vista, una lectura parcial de toda la estructura.